Nadie Como Mamá

Tú me trajiste al mundo y no te rendiste ahí, sino que me llevaste en tus brazos hasta que aprendí a caminar; me tomaste de la mano hasta que pude correr sola y me enseñaste las palabras más importantes de la vida: amor, familia, besos y tú: mamá, mi primera palabra.

Tú eres única e irrepetible y yo lo supe desde siempre, porque sin importar cómo fueran las mamás de mis amigas, tú siempre fuiste la mejor ante mis ojos: la mamá de los mejores abrazos y la de los más fantásticos cuentos para dormir.s ojos: la dueña de los mejores abrazos,



Eres una combinación extraordinaria de millones de factores que te hacen única en el mundo: tus consejos siempre acertados, las carcajadas que te quitan la respiración, la música que no paras de cantar y que me acompaña hasta en los momentos en que no estás, los abrazos que me das al llegar y las llamadas que nos acercan al final de cada noche. Todo lo que eres, es maravilloso.

Eres la respuesta a todo lo infinito, porque hasta el mayor problema puede resolverse cuando acudo a ti e incluso el aspecto más pequeño de mi vida, puede explicarse cuando veo que al otro lado del espejo te encuentras tú, para mostrarme de dónde vengo y en qué me voy a convertir.



Mamá: tú eres original en tu esencia y no te avergüenzas ni te escondes porque sabes que no hay ninguna razón para hacerlo, por eso siempre me has enseñado a defender lo que soy, a convencerme de que la personalidad que he formado por años, es válida y que nada ni nadie debería cambiar lo que soy. Me has ayudado a transformar mis errores en oportunidades y mis defectos en elementos transitorios, los cuales puedo cambiar con solo quererlo.

Eres imposible de comparar, porque nadie tiene tanto amor como tú, nadie es tan comprensivo como tú lo eres y nada, absolutamente nada se siente mejor que uno de tus abrazos cuando estoy triste o cuando el día es frío y tú estás cerca. Es tan difícil compararse contigo, que ni yo me imagino siendo tan buena mamá como lo eres tú.



Eres tan única como las huellas de tus dedos, esos que me pasas por el pelo con amor y que se unen a las manos que me sostienen y me acarician; tan única como las huellas que dejas con tu presencia en la vida de los demás y sobre todo en la mía: porque la has marcado con el sello de la paciencia, del buen ejemplo y del amor.

Feliz día, mamá y feliz yo, porque nada es tan lindo como saber que vengo de ti.


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